jueves, 23 de mayo de 2013

CONTESTACIÓN A LA CARTA DEL CORRUPTO BORBÓN.


CONTESTACIÓN A LA CARTA DEL CORRUPTO BORBÓN
En una carta tan confusa y difusa como su ética, su moral y su patriotismo, el ciudadano Borbón se ha dirigido a la nación española y todos los medios la interpretan como si hubiera cumplido con su deber.
No Juan Carlos I, tu deber es abdicar y el mensaje a España debería haber sido este:



Españoles.
Profundamente apenado y arrepentido, por practicar, permitir y alentar la corrupción en España con consecuencias tan graves para el espíritu individual y colectivo de la nación que 37 años después de heredar del Generalísimo Franco, Caudillo de España por la Gracia de Dios, una nación con justicia social, unida y reconciliada, la entrego divida y enfrentada con el deseo que se reconduzca a las esencias patrias que nunca debiéramos haber abandonado.
Las esencias patrias suben por la sangre de Viriato y Numancia, por la herencia greco latina y judeocristiana, beben en las fuentes de los Reyes Católicos, entran en clara decadencia con la sangre de los borbones y se reafirman en sus mejores tradiciones con los 36 años de la Jefatura de Francisco Franco. Pues en el árbol de la vida provenimos de Dios, subimos ayudados por el tronco de la amada patria española, nos elevamos o entramos en decadencia por la herencia de genética de la familia y lo aprendido en el entorno familiar y social, y definitivamente somos asumiendo nuestra mejor responsabilidad personal.
Cuando asumí la jefatura de España, las diferencias entre la titulada burguesía universitaria (25 % de la población) y el resto de trabajadores eran menores y ahora, debido a mi corrupción impulsando la de España, las transferencia de riqueza de los trabajadores y las burguesías universitarias bajas a las informadas altas burguesías tituladas, o corruptas élites extractivas (2 al 4 % de Españoles) han sido inmensas y la desunión que esta injusticia trae ha dividido a España al punto de correr peligro grave de ruptura.
Las élites políticas, mediáticas, económicas, financieras, intelectuales, culturales, deportivas, etc. informadas de que yo robaba desde mucho antes que Jesús Cacho lo denunciara en El Negocio de la Libertad, empezaron también a robar sabedoras de que podrían chantajearme con mi implicación en nuestro mutuo tráfico de influencias, al punto de intervenir personalmente para modificar la jurisprudencia del T. Supremo para impedir que Alberto Cortina y Alberto Alcocer, condenados a tres años y cuatro meses por multimillonaria estafa y falsedad entrarán en la cárcel. Que es una de las formas como los ricos, (Asesorados por abogados de postín expertos en argucias leguleyas que nunca utilizarán con los pobres, pues lo primero que hicieron estos ilegales, cuando murió el caudillo, fue eliminar el turno de oficio), son juzgados en España cuando roban a mansalva. Véase la salida de Bankia a bolsa y la estafa inmensa de las preferentes llevadas a cabo por los políticos y sindicatos presentes en sus consejos de administración



Los españoles desinformados por unos medios de comunicación especializados en ocultarle al pueblo lo esencial para utilizar esa información a precios desorbitados que se reparten con las tituladas élites (Véase mi secretario y embajador real Manuel Prado y Colón de Carvajal) a las que se la venden para extraer pingües beneficios con ese tráfico bochornoso; han pagado un precio desorbitado en pobreza, paro, miseria, hambre y desahucios pues hasta la vivienda hemos encarecido artificialmente para que las altas burguesías nos pudramos enriquecidos de dinero.
Y como muestra de que mi arrepentimiento es sincero, devolveré la colección de pintura duque de Hernani a sus legítimos dueños, pediré perdón a los altos funcionarios que corrompí para cometer tamaño desafuero, devolveré a la hacienda pública la inmensa fortuna que he atesorado ilegalmente con el tráfico de influencias, pido perdón a los españoles por encabezar el golde de estado del 23F con la compañía del PSOE y resto de partidos nacionales menos una parte de UCD y pediré perdón a mi mujer por haberla ofendido tanto.
Y declaro desde este momento que yo y la familia real nos ponemos a disposición de los juzgados españoles, sin más fueros que los del ciudadano común para que la justicia sea igual para todos. Y después de ello marcharemos todos al exilio.